martes, 17 de diciembre de 2013

La crisis y el lenguaje



Estamos ante una crisis del capitalismo sin precedentes. Uno puede voltear la mirada hacia atrás en el tiempo y solo reírse acerca de las promesas de Occidente al violar brutalmente los pueblos que del socialismo autoritario pasaron a ser prostitutas de las potencias imperialistas y sus lacayos.

La caída del Muro de Berlín dio inicio a esta trágica y predecible crisis, y arrebató a los pueblos de cualquier espacio de salvación. Dio inicio al reinado del neoliberalismo, y la resistencia hacia éste menguó, se fracturó en miles de pequeños partidos y colectivos que perdieron todo tipo de hegemonía y credibilidad entre las masas obreras.
Hacia esos partidos va dirigido este artículo, esta crítica acerca de la necesidad de arreciar la lucha desde un aspecto que considero importante: El lenguaje con el cual nos dirigimos hacia la clase proletaria ha sido secuestrado por las garras de la mediática, del espectáculo y de la censura “pacifista”.
“¡Basta ya de usar su lenguaje!” Sería mi consigna. Absolutamente todos los partidos de izquierda han perdido todo tipo de garra mediática, se dedican a repetir como loros lo que dicen los ultraderechistas en sus mismas formas: “La culpa es de los políticos”, “Saldremos”; Sin ni siquiera cuestionar el propio sistema. El capitalismo ha pasado de ser el enemigo claro a ser algo abstracto, intocable, así como los partidos que se dicen socialistas o de izquierda han pasado de ser sus enemigos a ser sus gestores.
Y que absurdo, el pensar que el lenguaje que adolece de lucha y pasión es capaz de conquistar a las masas trabajadoras, hartas de promesas incumplidas (y con razón). Hace tiempo que la política ha dejado de servirles a los pueblos. Hablemos con propiedad: Dirijámonos a los bancos, a sus accionistas, etc. A la burguesía.
¿Qué tienen en común muchos de los grandes líderes de Latinoamerica? Su forma de dirigirse al pueblo,  de tratarlo como inteligente (porque lo es, ya es tiempo también de dejar la soberbia y ver qué es lo que pasa con los partidos de izquierda mundiales que no sirven, no conquistan a las masas) y sabio, y de no cortarse en temas que no merecen cortarse.
Es tiempo de volver al lenguaje de la lucha. Es tiempo de dejar la autocensura, más que esta crisis da la oportunidad perfecta a los partidos socialistas de tomar el poder, de verdaderamente salir y construir la nueva sociedad. Creo que no hemos tomado conciencia de la oportunidad tan grande y maravillosa que se ha creado ante nosotros. Y nuestro lenguaje ha sido poco menos que penoso ante tal circunstancia.
Aporte de: Cristian Briceño  

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