He conocido muchos lectores empedernidos
quienes no se preocupan por escribir de forma vívida y vigorosa, mientras que hay
otras personas (incluyéndome) que no frecuentamos ese pasatiempo, pero que nos
preocupamos por proyectarnos y por dar a entender nuestros pensamientos. ¿A qué
se debe esto?
Tal vez lo primero se debe a que quieren
despejarse del mundo del pensamiento y de la reflexión por un rato y deciden
escribir de forma ordinaria para no complicarse tanto.
Y, ¿quiénes no leemos y nos esforzamos
por escribir bien? ¿Acaso solo es un fallido intento de aparentar
intelectualidad? O realmente tenemos algo que ofrecer al mundo literario?
Existen lectores apasionados, quienes creen en vidas
mucho más emocionantes que la suya. Lectores que creen en la grandeza de las
palabras que narran esas vidas y que así les permite a ellos poder vivirlas,
así sea con la imaginación. Pero que luego de haber absorbido tantas
experiencias literarias ajenas, su cerebro se satura, y optan por vivir y
escribir de la manera más sencilla posible. Por otro lado, existen excelentes
escritores, que nunca han abierto un libro, ni siquiera para ojearlo, pero, sin
embargo, sus narraciones son de una naturaleza tan particular y de
tan abundante contenido, que es impresionante que todo aquello saliera de una
persona cuya mente nunca haya absorbido un libro. Es probable que se deba a que
la mente de alguien que no lee está más desocupada, fresca, receptiva y por ende, puede absorber más lo
que hay a su alrededor. En cambio el lector tiende a cerrarse más.
¿Será que el mundo empírico es lo que
mueve a una persona a plasmar sus pensamientos, y la falta de experiencias
vividas es lo que mueve a una persona a leer experiencias ajenas? Tal vez
también pueda ocurrir de forma inversa; que el mundo empírico propio sea lo que
mueve a una persona a leer experiencias ajenas y que la falta de experiencias
vividas sea lo que mueve a una persona a plasmar sus pensamientos (o, en este
caso fantasías)
Lo cierto es que, para ser un buen
escritor no es necesaria la lectura, es necesaria la experiencia, ya sea
terrenal, metafísica, espiritual, etc. Y es necesaria la receptividad o
sensibilidad para absorber las cosas hasta llegar al punto de saturarse y así
de querer expulsarlas… de querer plasmarlas.
APORTE DE: Luna Henríquez
Yo pienso que para ser escritor solo se necesita tener algo que expresar o comunicar, y escribirlo. Para ser un buen escritor, se necesita escribir bien, de forma apropiada y comprensible para quienes nos lean. No escribimos para nosotros mismos, sino para los demás, para aquellos que nos quieran leer. Leer debe ser una actividad placentera y por eso lo mejor es leer sobre aquello que nos gusta. Claro que en oportunidades nos toca leer por obligación, por ejemplo para recibir instrucciones. Por supuesto que leer no es fundamental para escribir, pero leer es esencial para escribir bien, se aprende ortografía, se incrementa el vocabulario y se aprende el uso de los signos de puntuación, todo esto es básico para que nuestros textos sean claros y comprensibles.
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